top of page

Cómo comenzó todo


Muchas veces me he preguntado cómo empezó cierta asociación o editorial, pero pocas veces he encontrado la respuesta. Sí que es cierto que suele haber un apartado llamado "sobre la editorial/asociación/nosotros", pero no siempre encuentro las respuestas que busco. Tal vez porque soy una persona excesivamente curiosa y me gusta encontrar las respuestas a todas las dudas que me surgen. Cuando el otro día mi compañera Inés me propuso hacer una entrada sobre cómo comenzó todo esto, me vino a la cabeza todas las dudas que me surgían al bucear por muchas webs y de ahí esta entrada. Espero resolver todas vuestras curiosidades. Si queréis montar algo parecido y no sabéis muy bien cómo hacerlo, estoy a vuestra disposición.


La idea


No voy a fingir que esta idea es mérito mío, la verdad. Sí que había probado grupos de escritura, pero ninguno me daba lo que yo quería. Uno al que fui estaba lleno de gente más mayor que yo y, aunque esto no es un gran problema, sí que sentía que había un gran salto generacional. Yo buscaba algo más, pero no sabía el qué. Y ahí hace su aparición Iria G. Parente.


Hace un tiempo, propuso la idea de hacer grupos de escritoras por España y yo me presenté para llevar el de Cantabria. Al final, por razones personales, no se pudo hacer pero yo me quedé con las ganas de hacer algo así. Sentía la necesidad de conocer gente con mis propios intereses y salir un poco de casa. Abrir mi círculo de amistades. Y entonces se me ocurrió.


Para los que no lo sepáis, Jenni C. y yo nos conocemos desde los ¿13? años, más o menos, y somos inseparables desde entonces. Por aquella época mi sueño era trabajar para disney como ilustradora, además de ser escritora, y ambas nos pasábamos el día dibujando y escribiendo. Los años fueron pasando y al final, yo tiré más para la escritura y ella para la ilustración. A día de hoy, ambas seguimos luchando por conseguir vivir de nuestro trabajo.


¿Que por qué os cuento esto? Porque ella es una de las razones de que La semilla creativa fuera para escritoras e ilustradoras, porque quería que compartiéramos esta experiencia. Además, como ambas estamos metidas tanto en la ilustración como en la escritura desde niñas, hemos ido viendo cómo funciona, tanto lo bueno como lo malo, y pensé que estaría bien unir fuerzas. Porque, sin lugar a dudas, los escritores e ilustradores nos necesitamos, al menos en el mundo editorial, y es importante trabajar en conjunto para lograr unas condiciones justas de trabajo.


Así que sí, la otra razón es porque creo que es importante que la escritura y la ilustración se unan, al menos en el universo editorial. Por eso, uno de mis objetivos en el grupo es que se respeten ambos trabajos por igual. Porque si bien hay personas que creen que ilustrar no conlleva un gran trabajo, hay otras que creen que escribir tampoco lo tiene. Y ambos trabajos, como todos los creativos, tienen sus dificultades y sus exigencias. Cada uno, además, se paga de forma distinta y creo que hay mucho desconocimiento, sobre todo en el campo de la escritura.


Una vez tuve la idea, decidí hacer una criba. Decidí que quería que lo formáramos personas de edades parecidas, para que no hubiera ese salto que me he encontrado en ocasiones, que fuéramos solo mujeres y que solo pudieran entrar personas que quisieran dedicarse a esto de forma profesional. ¿Por qué este último punto? Porque quería conocer personas con mis mismos intereses y mis mismas ganas de hacer cosas. Quería a gente que se lo tomara en serio.


Y después de eso, lo anuncié por las redes sociales y empezaron a escribirme chicas. La semilla creativa había despegado.


Las primeras participantes


Vale, lo confieso. Al principio no se llamaba así. Le di varias vueltas al nombre y al final, se me ocurrió la semilla creadora o algo así. Por suerte, entre todas dimos con la solución y pasó a llamarse como lo conocéis ahora: La semilla creativa.


Al principio no éramos muchas, unas cinco o seis, y empezamos reuniéndonos en una cafetería para conocernos, hablar de lo que hacíamos, pensar en qué podríamos hacer y merendar. La verdad es que en nuestras reuniones nunca ha faltado la comida. Poco a poco fuimos creciendo hasta que acabamos siendo unas doce.


Una de las cosas que se nos ocurrieron fueron los fanzines. ¿Y por qué esto? La verdad es que este grupo jamás lo he pensado como una especie de editorial o de lugar donde publicamos cosas y ya está, porque entonces sería otra cosa. Pero sí que pensamos que era una buena idea hacer algún tipo de publicación por dos razones: la primera es que es una buena forma de promocionarte, porque este tipo de formato no suele costar mucho dinero y se suelen vender baratos, así que llegas a un público amplio; la segunda es porque es una buena forma de practicar, de salirte de tu zona de comfort y probar cosas nuevas. Además, los beneficios que podemos sacar de esto podemos usarlo para otras cosas, ya sea para publicar más fanzines o hacer otro tipo de actividades.


También se nos ocurrieron otras ideas, pero éramos pocas y necesitábamos más tiempo para asentarnos, afianzarnos y estar listas para hacer más. Aunque uno de los elementos siempre ha estado presente: aprender. Aprender a hacer papeles, aprender a hacer facturas, aprender a maquetar, a diseñar, a escribir. Y la mentalidad de ir siempre a mejor y no retroceder.


El primer fanzine


Un punto importante de los fanzines y que no he mencionado antes, es que nos sirven para aprender. Es un elemento que metí desde el principio. Muchas veces, estudias un grado y no practicas ciertas cosas lo suficiente como para aprender realmente. Y esto es algo que puede pasar con la maquetación, que sepas los conceptos básicos pero que, a la hora de enfrentarte a tu primera maquetación fuera de clase, no sepas realmente cómo hacerlo. Claro que, para esto hace falta sinceridad y decir si realmente sabes o no, porque si dices que no una de las que sepa puede ayudar y enseñar a la encargada de ese fanzine.


Otro elemento era el de que una persona diferente dirigiría cada fanzine, sin repetir. ¿Por qué? Por lo mismo de antes. No todo el mundo sabe ni puede dirigir, pero es importante tener la oportunidad de hacerlo para descubrirse a uno mismo y saber si puedes hacerlo o no. Si nunca lo haces, no puedes saberlo. Así que el tema de cada fanzine y la dirección lo elige una persona cada vez. Y después está el tema de las presentaciones, que cada vez iba a presentar unas personas distintas por la misma razón. Para aprender.


El primero, Diario de verano, lo publicamos en septiembre, tras el verano. Se habían metido nuevas personas en el grupo y éramos unas cuantas más. En él trabajamos doce de las integrantes con relatos, cómics e ilustraciones. El tema era hablar de nuestro verano metiendo elementos fantásticos y pudiendo ser cosas completamente inventadas. La verdad es que en este volumen se podía ver perfectamente la forma de ser de cada una y me parece bastante interesante.


La portada la diseñó Ishara, pero el dibujo final lo hice yo porque ella no tenía tiempo y a mí me apetecía mucho hacerlo. ¿Cómo la hice? Primero probé a hacerlo en grises con guache pero no me convencía nada, así que acabé haciéndolo con rotuladores y lápices. La verdad es que me gustó mucho porque es una ilustración que continúa en la parte de atrás del fanzine, no se corta. Y eso me encanta en las portadas. La maquetación la hizo Jenni, al igual que las caricaturas que podéis encontrar en su interior.


Fue emocionante hacer este trabajo, era la primera vez que colaborábamos todas juntas y verlo impreso fue maravilloso. Hicimos una presentación en Nexus-4, con la que aprendimos un montón, y fue todo un éxito. Hicimos pleno vendiendo y muchísima gente se interesó en el colectivo. Primero porque éramos algo nuevo: un grupo de mujeres jóvenes que se unen y publican algo. Y segundo, porque habíamos hecho algo bonito y mucha gente conocía a alguna de las que estaba metida en el grupo. Conseguimos lo que queríamos publicándolo: visibilidad.


La verdad es que este fanzine fue un antes y un después. Nos demostramos a nosotras mismas que podríamos lograr las cosas que nos proponíamos, que despertábamos el interés de la ciudad y que íbamos por el lado correcto.


Después de esta presentación, hubo más chicas que querían meterse en el colectivo y acabamos siendo unas treinta personas.Anotamos los fallos y los tuvimos en cuenta para las siguientes veces.


El segundo fanzine


Decidimos hacer un segundo fanzine. No porque sintiéramos alguna obligación o porque solo nos quisiéramos dedicar a esto, sino porque nos apetecía. Queríamos seguir colaborando juntas y esta vez fueron relatos ilustrados. Cada pareja lo interpretó de una forma distinta y el tema giró en torno a la brujería. Es curioso también el tipo de bruja que hicimos cada una y lo diferentes que eran.


Aquí tambíen hicimos una presentación, aunque fue un poco más tarde de la publicación por el tema de fechas. Esta vez lo hicimos de forma ordenada y no hubo ningún problema en ese sentido. Quién nos iba a decir que unos meses después ya no podríamos publicar el tercero por el covid.


En esta ocasión, Walpurgis lo dirigió Inés, quien también se encargó de los detalles ilustrados del interior y de la portada. De la maquetación se encargó Clare, quien avisó de que nunca había maquetado algo tan grande. Hubo algún fallo que decidimos arreglar para hacer una tirada más pequeña de una segunda edición. Pero estábamos contentas con el resultado. Se nota la evolución de un fanzine a otro, sobre todo de las más jóvenes, y es una pasada ver cómo evolucionan.



Después de este, éramos tantas que casi no cabíamos en una cafetería. Entraron algunas chicas nuevas, planeamos el siguiente y volvimos a aprender de los errores que habíamos podido cometer. Porque al final de esto trata la asociación, de aprender y de mejorar. De convertirnos, juntas, en buenas profesionales. De hacerlo menos solas.



Coronavirus y asociación


Sinceramente, no es fácil llevar un grupo tan grande. A veces hay roces, porque no todo el mundo está de acuerdo, y hemos ido implementando mejoras para solucionar los errores que nos comenta tanto gente externa como interna. Ahora funcionamos con una newsletter que mandamos a todas las participantes después de cada reunión para que no se pierda nadie nada, tenemos un slack para hablar de todos los temas ahí y tener todos los links importantes a mano, hacemos votaciones, y estamos pensando en más formas de hacer que esto funcione cada vez mejor. Y las reuniones, desde el covid, las hacemos online para que nadie tenga que moverse ni correr ningún peligro. Las hacemos 100% seguras y desde este mes, las hacemos un día fijo a una hora fija para que todo el mundo pueda organizarse y asistir.


Este año íbamos a hacer actividades. Empezamos el covid con una exposición de manera online que iba a haber sido presencial. La hicimos a través del espacio joven y fue interesante, sobre todo porque así llegó a más gente. También habíamos planeado Jenni C. y yo una pequeña sorpresa, que era un maxi evento enorme para escritores e ilustradores con charlas dedicadas a profesionales y talleres para gente de todos los detalles, además de maratones de escritura. No sabemos cuándo será posible hacer esto, pero esperamos que pronto porque nos hemos quedado con las ganas.


También íbamos a haber publicado dos fanzines, uno nuestro y una colaboración. Con el otro hemos decidido reinventarnos y actualizarnos. Del segundo no podemos decir nada, pero tardaréis en verlo.


Pero hemos aprovechado para ponernos las pilas y ahora estamos trabajando en convertir este colectivo en una asociación cultural con la que esperamos hacer muchísimas cosas. Tenemos ganas de colaborar, de crear, de hacer cosas en Cantabria para fomentar el arte y para cumplir todos los objetivos que nos hemos marcado. Desde luego que ganas no nos faltan. Ahora crucemos los dedos para que podamos hacerlo y, sobre todo, para que todo vaya bien.


Y este es el camino que hemos hecho hasta aquí. No ha sido fácil ni lo será, pero tenemos ganas de seguir y esperemos que por mucho tiempo.


Muchas gracias por leerme,


Loreto ML

46 visualizaciones0 comentarios
bottom of page